Los caminos del GDC

Vamos construyendo una Educación en Ciencias Naturales, Ambiental y en Salud enmarcada en la Educación Popular, mientras recorremos caminos que pretenden ser
descolonizadores, feministas, participativos, colectivos, diversos, críticos, enfocándonos a
veces en la formación docente, la escuela, la apropiación social de tecnologías y otras
veces en luchas socioterritoriales, movimientos campesinos y populares, con quienes
sistematizamos experiencias… a veces articulando ambas líneas o creando otras nuevas.

Educación en Ciencias Naturales, Ambiental y en Salud

En nuestros recorridos, participamos de procesos de construcción y análisis de propuestas político-pedagógicas para la Educación en Ciencias Naturales, Ambiental y en Salud que pretenden sostener una intencionalidad emancipadora. Entendemos esta intencionalidad como un movimiento individual y colectivo de liberación y superación conscientes de formas de alienación material y simbólica. En este camino, comenzamos a considerar que los enfoques para la educación científica en Latinoamérica necesitaban privilegiar el análisis crítico e integral de las crisis y conflictos eco-territoriales y socio-sanitarios regionales, a fin de comprender realidades próximas, propias y de manera compleja, vistas como parte de la situación de emergencia planetaria.

La necesidad de considerar la Educación en Ciencias Naturales, la Educación Ambiental y la Educación en Salud comprendidas en un campo común, entrelazadas, no proviene de la idea de iniciar un camino ascendente hacia el conocimiento científico, sino de una búsqueda de construcción dialógica y horizontal entre conocimientos provenientes de diversas fuentes. En la   de perspectiva freireana, el diálogo posibilita la lectura del mundo, la que va permitiendo que se vayan descifrando críticamente las situaciones límite, más allá de las cuales se encuentra lo inédito viable. Dicho desciframiento crítico permite develar las acciones necesarias, los “actos límite” que romperán con barreras identificadas (las situaciones límite), hasta allí vistas como inamovibles, y harán concreto lo inédito viable, que en el pensamiento utópico freireano se construye en acción dialógica y praxis liberadora: la transformación de la realidad.

Hace varios años promovemos procesos educativos en Ciencias Naturales, Ambiente y Salud, buscando primero llevar a la práctica y luego sistematizar las características de un cruce cada vez más sólido entre la Educación en Ciencias Naturales, Ambiental y en Salud y la Educación Popular. Para ello también nos nutrimos de las experiencias y el trabajo colaborativo con otrxs, como organizaciones campesinas e indígenas y bachilleratos populares, y de marcos como la Epidemiología Crítica y la Medicina Social Latinoamericana, retomadas en la Salud Colectiva, el Pensamiento Ambiental Latinoamericano, y diversas perspectivas de investigación militante. En estos procesos, el diálogo promueve la interacción cultural que no sólo se produce entre conocimientos populares y científicos, sino que exige reconocer las relaciones de poder entre los distintos actores participantes atendiendo a su diversidad (generacional, étnica, sexo-genérica, de clase, territorial, etc), así como a las diferentes formas de comunicación y expresión. Esto implica ya correrse de las ciencias como estructurantes del estudio del mundo para que el centro sean interrogantes, problemáticas, conflictos, experimentados por las personas participantes, para desde allí poner en diálogo estos diversos saberes, historizando y situando los mismos en el proceso. Pretendemos así romper con la experiencia del saber centralizado, constituido en saber-poder de control y regulación de lo ambiental, los cuerpos y territorios, para recomponer miradas que hablan de otros mundos posibles. Abriendo así paso también a la transdisciplinariedad colaborativa y al diálogo de saberes, vivires y sentires. En este diálogo se encuentran los saberes académicos con los saberes populares, campesinos e indígenas como forma de aprendizaje y producción colectiva de conocimientos y de transformación de la realidad.

Desde una ética del cuidado de lxs Otrxs y la naturaleza, pensamos en una educación que aporte a la construcción de territorios de vida, como un entrelazamiento de la Educación Ambiental y la Educación en Salud, y con los Feminismos. Desde la Salud Colectiva entendemos a la salud como un campo complejo, polisémico, histórico, territorial; como un espacio de intervención en el que se articulan dialécticamente lo social-estructural, con lo comunitario y lo individual, entretejiéndose lo biológico y médico con lo político y económico, con lo cultural y lo ambiental. Pensamos a su vez la Educación Ambiental como práctica política, epistemológica y ontológica, que intenta construir una racionalidad ambiental que promueva el cuidado de la vida y la descolonización de los territorios del Sur. A la Educación Ambiental y en Salud las une una pedagogía del cuidado que se opone a la pedagogía de la crueldad que impone el capitalismo.

La Educación Popular es diálogo y debate, mirada crítica y problematizadora de la realidad e intencionalidad y acción transformadora. Asume la naturaleza política de la educación; es praxis político-pedagógica e implica un proceso colectivo de permanente deconstrucción y reconstrucción del conocimiento. Desde esta perspectiva, las actividades formativas parten de las necesidades sentidas y de las acciones llevadas adelante por lxs protagonistas. Pretende construir autonomía personal y comunitaria para potenciar acciones que procuran tanto la transformación de las realidades de las clases populares, como la profundización de la conciencia política respecto de las dinámicas sociales en las que estamos inmersxs. Apunta así a comprender la práctica social para transformarla en función de procesos organizativos concretos, ayudando a asumir el papel de sujetxs activxs, críticxs y creadorxs (siempre inacabadxs) en la construcción de la historia.

Nuestras prácticas se sostienen en los pilares que distinguen a la perspectiva originada por el maestro Paulo Freire en cuanto a los sentidos del educar: conocer críticamente la realidad; comprometerse con la utopía de transformarla junto a las clases populares; formar y formarse junto a lxs sujetxs de dicho cambio; asumir la naturaleza política de la educación; y construir praxis transformadora a través de la acción dialógica y problematizadora. Estos pilares se corporizan en cada territorio adoptando distintas formas y dinámicas.

Descolonización

El pensamiento social crítico latinoamericano ha reflexionado desde sus inicios en la necesidad de descolonizar la sociedad, y en ello, las teorías desde las cuales miramos el mundo. Este eje ha sido estructurante de los escritos en las décadas de 1950 a 1970, de autores como Paulo Freire, Orlando Fals Borda o Pablo González Casanova, en diálogo con perspectivas de otros continentes como la de Frantz Fanon, y puede rastrearse mucho más atrás en el pasado. En la India, esto ha sido también un punto fuerte de debate del grupo de Estudios Subalternos. Esta corriente ha tomado nuevas fuerzas en América Latina a partir de la década de 1990.

Las anteriores perspectivas se han enfrentado al modelo epistémico moderno/colonial, aún hegemónico en los ámbitos académicos, que produjo una ruptura con la visión orgánica del mundo y estableció una separación ontológica entre naturaleza y seres humanos, asignándole al conocimiento la función de ejercer un control racional del mundo. Esta dimensión epistémica, constitutiva del colonialismo, contribuyó además a generar una representación sobre las poblaciones de las colonias como parte de la naturaleza, a las que es posible moldear, disciplinar y civilizar.

Las pedagogías descolonizadoras contienen utopías, una relación dialéctica entre teoría y práctica; se sostienen en producciones pedagógicas latinoamericanas en diálogo con el Sur global; se vinculan con lo político y se caracterizan por una praxis participativa e incluyente. Implican también reconocer lo colonial en nuestras vidas, esto quiere decir que las formas en las que vivimos aún se rigen por una lógica colonial, en la que los centros de poder definen lo que está bien y lo que está mal, lo que es y lo que no es.

Este posicionamiento descolonizador no significa desconocer o desvalorizar el conocimiento producido académicamente, sino más bien, se trata de ampliar el campo de visibilidad de la ciencia occidental moderna hacia dominios como las emociones, la intimidad, el sentido común, los conocimientos ancestrales y la corporalidad.

Feminismos

El apartarnos de la racionalidad cartesiana nos acerca también a perspectivas feministas que focalizan en el reconocimiento político-epistémico de vínculos, experiencias vividas y relaciones situadas. Para ello es necesaria la apertura de espacios de participación, escucha y atención de las necesidades concretas planteadas en el devenir de nuestras prácticas educativas con docentes y organizaciones sociales. Los contenidos abordados y las metodologías desplegadas cuentan con un cimiento, difícil de caracterizar con palabras, como son las prácticas de autocuidado, cuidado hacia lxs otrxs y hacia los territorios.

El capitalismo sostiene una gran variedad de maneras de explotación y precariedad de la vida basadas en un principio de crueldad que consiste en la disminución de la empatía de lxs sujetxs. Promueve la desensibilización al sufrimiento de lxs otrxs, la cosificación de las personas de diversas maneras y la predación de los territorios, así como la formación de personas vaciadas de emociones y sentimientos, cuyos vínculos están mediados principalmente por intereses de consumo y utilidad.

Las pedagogías descolonizadoras, tal y como las entendemos, se contraponen a la pedagogía de la crueldad y diseñan caminos alternativos. Las contra-pedagogías de la crueldad se oponen al orden patriarcal rompiendo con el mandato de la masculinidad, la corporatividad masculina, la baja empatía, el desarraigo, la universalidad y la limitada vincularidad, entre otras. Revalorizan la experiencia histórica de las mujeres y las disidencias sexuales y plantean una politicidad que rescate el arraigo espacial y comunitario. Se centran más en el proceso que en el producto, preservan la vida poniendo límites a su cosificación, y pretenden aportar a un proyecto histórico de vincularidad que inste a la reciprocidad y produzca comunidad.

Interculturalidad

En el ámbito del debate sobre la interculturalidad en educación existe una diversidad de posturas que van desde la naturalización y búsqueda de armonía en las relaciones culturales a partir de una matriz dominante, hasta la denuncia del carácter político, social y conflictivo de estas relaciones, por concebir a la cultura como una arena de lucha ideológica. En nuestro caso, optamos, entre las distintas posibilidades teóricas, por la interculturalidad crítica extendida como perspectiva política y pedagógica. Partir de esta perspectiva implica, para nosotrxs: visibilizarla como una propuesta dirigida a toda la sociedad y no a grupos específicos; comprender la identidad como un proceso  que se transforma y que utiliza múltiples referencias a la hora de construirse, no sólo vinculadas a cuestiones étnico-nacionales, sino también de género, edad, clase social o diversidad sexual (entre otras); cuestionar las estructuras y lógicas escolares que producen desigualdades, amparadas y legitimadas por una forma esencialista de entender la diversidad; reconocer los saberes de lxs estudiantes y promover los diálogos con los que se enseñan en la escuela. Estos supuestos exigen, tanto el rechazo al tratamiento folklorista y cosificado de saberes, como la deconstrucción de la universalidad y neutralidad de los conocimientos hegemónicos y el reconocimiento de las desiguales relaciones de poder entre grupos sociales.

Investigación acción participativa / Sistematización de experiencias

En nuestros recorridos, tejidos y entretejidos en praxis colectivas, hemos ido comprendiendo la investigación como momentos en los caminos pedagógicos. En la Educación Popular de perspectiva freireana, la investigación participativa (en sus diferentes opciones metodológicas) retroalimenta, enriquece y fortalece los procesos, así como también construye conocimiento fructífero para otras experiencias.
La Investigación Acción Participativa (IAP) o Investigación Participativa constituye un horizonte teórico-metodológico de los procesos educativos que implementamos. La IAP surge en Latinoamérica en vínculo con la Educación Popular. Se trata de procesos que, a la vez de construir colectivamente conocimientos, buscan la transformación crítica de la realidad. Lxs participantes se proponen problematizar y reconstituir las formas de interpretar y describir el mundo (lenguajes, discursos, etc.), de trabajar y de relacionarse con otrxs. Es un proceso de aprendizaje con otrxs, haciendo-cambiando las formas en las cuales interactuamos en un mundo social compartido.
La IAP, específicamente en educación, constituye una perspectiva de producción de conocimientos que coloca a lxs docentes, a los movimientos sociales y a sus prácticas en el centro de la escena. A pesar de las dificultades que implica llevarla a cabo, plantea una propuesta que permite caminar hacia un modelo más democrático de interacción y desarrollar mecanismos de trabajo basados en una mayor horizontalidad para la toma de decisiones y la circulación del saber. Crea asimismo una posibilidad de formación, a partir del intercambio, el autocuestionamiento y la crítica, la reflexión personal y colectiva y la elaboración colaborativa de propuestas alternativas a las establecidas.
Específicamente en el análisis de nuestras propias prácticas educativas, acudimos a la sistematización de experiencias, que puede ser parte de una IAP o plantearse como proceso de reconstrucción y análisis de experiencias educativas por parte de sus propixs participantxs.

Formación docente

Entre nuestras actividades, participamos, sostenemos, generamos y coordinamos procesos de formación docente en Educación en Ciencias Naturales, Ambiental y en Salud (ECNAS) en las diferentes modalidades y niveles educativos. Estos procesos parten de la reflexión crítica acerca de las experiencias, vivencias y saberes de lxs docentes participantes. Sostenemos que los espacios educativos son lugares de producción de conocimientos y quienes los habitan construyen ese conocimiento. Por eso, buscamos alternativas elaboradas colectivamente que articulen la teoría generada a través de la investigación y los saberes situados producidos por lxs docentes en su práctica. Proponemos un triple proceso de: formación docente, transformación de la práctica e investigación colaborativa, cuya intencionalidad emancipatoria se evidencia en la toma colectiva de decisiones para el empoderamiento y la conformación de colectivos interdependientes y diversos para el tratamiento de problemáticas relevantes del campo de la ECNAS desde la participación, entre otros aspectos.

Movimientos Socioterritoriales

Las crecientes visibilidad y canalización de la conflictividad social contemporánea que caracterizan a los movimientos socioterritoriales ponen de manifiesto las estrechas relaciones entre territorio, saberes, reconfiguración de subjetividades, enlazadas por la organización espacial como forma de poder y como efecto de poder. Se trata de grupos heterogéneos en cuanto a orígenes, bases ideológicas, condiciones de clase, maneras de organizarse, acciones y estrategias políticas. La movilización en rechazo de las formas más agresivas del extractivismo (mega proyectos mineros, petroleros, hidroeléctricas, agronegocios, inmobiliarios, etc.) ha sido su primer punto de convergencia y el escenario para su constitución y organización. Han diseñado propuestas y realizado ensayos sobre nuevas formas de convivencia, de producir y habitar el territorio, de concebir y vincularse con la naturaleza, de gestionar la vida en común y de comprender lo democrático. Han implementado también propuestas educativas propias.

El trabajo con estos movimientos enriquece de manera indiscutible la Educación en Ciencias Naturales, Ambiental y en Salud, teniendo en cuenta que constituyen voces disidentes que plantean otras visiones de la crisis socio-ambiental y que, por tanto, aportan a pensar otras soluciones distintas y distantes de la racionalidad e institucionalidad dominantes. Enmarcamos los análisis de estos procesos en la pregunta más general acerca de cómo los movimientos socioterritoriales pueden aportar a la transformación de las maneras de pensar y actuar en educación. La comprensión de las experiencias formativas llevadas a cabo por estos movimientos constituyen puntos de partida para construir alternativas para enfrentar la desigualdad social y reconocer la diversidad cultural.

tic

La emergencia de la cultura digital ha significado un cambio de paradigma que atraviesa a toda la sociedad, incluyendo los modos en que se construye y circula el conocimiento, además de las diversas formas en las que las personas se relacionan entre sí e interactúan con el mundo. Dado que, como dice Paulo Freire, el aprendizaje se produce a través de la interacción y relación entre sujetxs mediadxs por el mundo, es fundamental indagar sobre los cambios relacionales que se presentan y las transformaciones que se generan en la construcción de conocimiento y la circulación de los saberes en este nuevo contexto. De esta manera, el despliegue de las herramientas tecnológicas de la información y la comunicación (TIC) representa hoy a la vez una necesidad y una oportunidad para aprender y enseñar desde un enfoque complejo que propicie la participación y el diálogo de saberes. Así, tomamos el desafío de abordar el cruce entre la Educación Popular y las TIC, proponiéndonos una apropiación crítica y creativa de la tecnología o, incluso, abordando la creación de tecnologías (como aplicaciones o plataformas virtuales) desarrolladas con la intencionalidad de fomentar la mirada crítica y el trabajo colectivo y transformador. Aunando así los principios de la Educación Popular con las perspectivas críticas de las TIC.